La cognición y la conducta en el aprendizaje estudian cómo el cerebro procesa información y regula acciones, considerando tanto sujetos sanos como con daño cerebral. Cognición y conducta están interrelacionadas: la primera guía las acciones, y estas influyen en los procesos mentales. Comprender esta relación desde una perspectiva neurocientífica permite diseñar estrategias educativas más significativas, favoreciendo el desarrollo integral.